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sábado, 22 de marzo de 2014

Un año después...


Vuelvo a escribir. El 31 de marzo se cumple un año desde que dejamos Barcelona para mudarnos a Lima. Desde ese entonces sólo he escrito en el blog una vez, una sola vez. Nos dedicamos a la mudanza, a buscar departamento, a amueblarlo, a pasar tiempo con la familia y con los amigos que no veíamos hace tanto, a buscar trabajo (mi esposo tuvo suerte y consiguió un trabajo fijo en dos meses, yo conseguí un par muy cortitos como consultora independiente y luego una consultoría de un año que ocupa gran parte de mi tiempo y me ha llevado a hacer varios viajes fuera de Lima), a buscar nido y nana (guardería y canguro) para Mateo, enfín...a acostumbrarnos a nuestra nueva vida. Y dejé de lado el blog. Pero el sábado pasado me pasó algo que activó nuevamente mi necesidad de escribir y compartir.

A veces damos las cosas por sentado, pensamos que somos invencibles, que las estadísticas no son para nosotros, confiamos en nuestra buena salud, vivimos con el piloto en automático, nos levantamos, nos duchamos, desayunamos, llevamos a nuestros hijos al cole, vamos a trabajar, volvemos a casa, cenamos, acostamos a los niños y nos acostamos nosotros. Y nos olvidamos que la vida es un regalo, que cada día es una nueva oportunidad, que siempre debemos dar gracias por nuestra salud, por nuestra familia, por estar vivos. Vivir conscientemente y disfrutar cada instante.

El sábado pasado teníamos previsto pasar un relajante día de playa con mis suegros pero un embarazo ectópico roto que generó una hemorragia interna me obligó a pasar por una cirugía de emergencia, a perder una trompa y 1.5 litros de sangre, y a pasar 5 días hospitalizada. Nunca me había sentido tan mal. Felizmente ahora ya estoy en casa recuperándome, aún tengo la hemoglobina baja pero en alza, así que las cosas pintan bien.

Le doy las gracias a todos los que me han apoyado, ayudado y acompañado durante estos días. A mi esposo por tener reacciones rápidas y lograr que llegara a la clínica a tiempo, por organizar la casa, cuidar a Mateo y por supuesto, a mí. A mi mamá por acompañarme todo el tiempo, a mi hermana por su paciencia, apoyo y por estar dispuesta a donar sangre cuando pensaron que podía necesitar una transfusión, a mis suegros por quedarse con Mateo los primeros días, a mi tía, a mi papá, a mi jefa, a mis amigas, a Noelia y a Antonia por ayudarnos con las cosas de la casa, a los médicos y enfermeras. A todos los que se preocuparon por mí. Y a Mateo por ser un campeón, por lo bien que se portó durante todos esos días.

Dicen que cuando pasan cosas feas uno no debe preguntarse el "por qué", sino el "para qué", quizás necesitaba una pausa, un momento de reflexión, un descanso para continuar con más fuerzas, y quizás sea también la oportunidad para volver a este mundo virtual que tantas cosas buenas me ha dado.



jueves, 3 de enero de 2013

El mejor regalo

{#yoregalotrabajo}

Me enteré de la iniciativa El mejor regalo de Navidad de La Orquidea Dichosa a través del blog "Diario de Algo Especial" y me pareció genial, así que no dudé en participar. La iniciativa consiste en (cito textualmente a la Orquidea Dichosa):

"El mejor regalo de Navidad es un carnaval de blogs destinado a generar trabajo. Queremos apoyar a los pequeños emprendedores, poner nuestro granito de arena para que tengan una mejor Navidad."

Muchas veces pensamos que los "ciudadanos de a pie" tenemos poco que hacer contra la crisis, pero creo que pequeños gestos como este pueden marcar la diferencia y generar el gran cambio que necesitamos. Por eso hoy, que vivimos tiempos difíciles, es quizás más importante que nunca que apoyemos a los pequeños emprendedores, pequeños negocios y artesanos.

Aquí van mis recomendaciones.

1. Libros de Papel

¿Qué puedo decir de ellos que no se haya dicho aún? Libros de Papel es una librería on-line especializada en literatura infantil y juvenil que te cautiva desde el primer momento, y donde puedes pasar mucho tiempo mirando la espectacular selección de libros que tienen. Aquí compré esta preciosa colección de libros para mi enano.


Colección "De la cuna a la luna"

Me trataron estupendamente, el pedido llegó rapidísimo y muy bien presentado. Sin duda volveré a comprar en Libros de Papel. ¡Gracias!


2. Petit Joel

Petit Joel es una pequeña tienda on-line de juguetes y juegos de madera, naturales y creativos. Me enamoré de esta tienda en el momento en que la descubrí, sus colores, sus formas, ¡todo me gusta! Esther, mamá de Joel y responsable de este proyecto, es además una persona encantadora. Acá compré un regalo para papá: el nan casteller




3. La estrella de Gael

Tuve la gran suerte de que me tocara Marisa, mamá de Gael y responsable de este proyecto, en el Madresférico Invisible, así que además de conocerla descubrí sus líndisimas camisetas decoradas (me mandó esta para mi enano!).



La camiseta es muy bonita, y Marisa ha cuidado cada detalle. Las hace en distintas tallas, colores, modelos...¡es toda una artista!

Espero que les gusten mis recomendaciones. Aún quedan algunos días para participar en la iniciativa, ¡anímense! 

El mejor regalo de navidad #yoregalotrabajo
Blogs participantes:

viernes, 16 de noviembre de 2012

¿De nuevo?


¿Qué tiene? Bronquitis. ¿Otra vez? Sí. ¿Tratamiento? Ventolín y continuar con el jarabe que está tomando. ¿Cuánto tiempo es recomendable que se quede en casa? Una semana.

Así estamos. Mateo enfermo nuevamente desde el miércoles. El pobre va enganchando una enfermedad tras otra. Mis suegros se están quedando con él estos días pero el lunes se van y a partir de entonces tendremos que organizarnos de otra manera. 

Llamé a la canguro que conozco y felizmente tiene disponible el lunes y el martes, así que vendrá a cuidar a Mateo. Prefiero que se quede en casa por lo menos hasta el miércoles para intentar que se recupere lo máximo posible. Este fin de semana también nos quedaremos en casa, para descansar y evitar el aire frío que suele haber en esta época.

Sigo pensando en la alternativa de sacar a Mateo de la guardería y contratar una cuidadora en casa -más ahora que los abuelos se van-, pero no termino de decidirme. Tengo la -ilusa- esperanza de que ésta sea la última por un buen tiempo. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

En casa


Mi enano está nuevamente enfermo y estos días ha tenido que quedarse en casa. El martes me llamaron de la guarde para que lo fuese a buscar porque tenía fiebre, 38,6ºC. Felizmente papá se pudo organizar y salir a buscarlo, porque yo tenía que terminar un trabajo que debía entregar ese mismo día.

En un principio parecía que tenía lo mismo que las veces anteriores: mocos, tos y fiebre. Tratamiento: apiretal para bajar la fiebre y esperar a que el virus desaloje su cuerpo. El miércoles parecía estar mejor, pero la madrugada de miércoles para jueves empezó con vómitos. Pensamos que era producto de la tos -algo que le ha pasado antes varias veces- pero al ver que no cesaban empezamos a preocuparnos.

Por la mañana del jueves el panorama no era muy bueno. Mateo no dejaba de quejarse -le dolía la pancita supongo- tenía muy mala cara y vomitó un par de veces. Así que decidimos ir a urgencias. Yo me cogí el día de vacaciones para acompañar a mis suegros, porque me parecía demasiada responsabilidad para ellos. Tratamiento: suero líquido, y si por la tarde seguía igual volver a urgencias.

Nos fuimos a casa y Mateo continuó con los vómitos. Tomaba el suero y al cabo de un rato lo devolvía. Lo mismo con el agua. Llamé a su pediatra y me recetó un medicamento para intentar que aceptara algo de lo que le daba y evitar volver al hospital. Felizmente después de una larguísima siesta (que ya empezaba a preocuparme -es que yo soy así, no puedo evitarlo-) los vómitos cesaron y empezó a tolerar mejor el suero y el agua, aunque no quiso probar nada sólido. No tenía muchas ganas de jugar pero se le veía mejor de ánimo. Aún se quejaba un poco de dolor, pero menos.

Hoy se ha levantado como nuevo. ¡Es que así son los niños! Me siento mucho más tranquila porque ayer se me partía el alma al verlo tan decaído, sin ganas de nada. Sólo de tumbarse en la cama y descansar.

Felizmente es viernes y tenemos todo el fin de semana para descansar y recuperarnos :)


¡BUEN FIN DE SEMANA!


domingo, 4 de noviembre de 2012

Diecisiete meses


Cada día nos sorprendes con algo nuevo. No sé si sea capaz de escribirlo todo. Lo más importante es que ya te mantienes de pie sin ayuda, y has dado tus primeros pasos. ¡Cuánto hemos esperado este momento! 

Ya estás totalmente adaptado a la guarde y, aunque me encantaría poder estar contigo más tiempo durante el día y que te enfermaras menos, me tranquiliza saber que en la guardería estás bien, que comes y duermes bien, y que te diviertes mucho, tal como me comenta siempre la profesora. Uno de mis momentos favoritos del día es cuando te voy a buscar y me regalas una de tus hermosas sonrisas. 


¡Así de contento te pones cuando me ves llegar a la guarde!

Siempre intento aprovechar al máximo las tardes que pasamos juntos en casa. Pongo música y jugamos. Te entretienes con tus juguetes -sobretodo con los musicales-, pero lo que más te gusta es moverte por la casa descubriendo cosas nuevas y escondiéndolas. Me haces reír mucho con tus travesuras.


Mi pequeño lector


Tardes en casa

Este último mes hemos tenido varias visitas, y tu no has podido estar más contento. Has compartido risas -también algunos llantos- y juegos con tus tíos y abuelos. Además tengo que reconocer que nos han ayudado muchísimo. Ellos son ahora los encargados de cambiarte el pañal porque a papá y a mi nos montas unas escenas terribles.

Te has convertido en un pequeño parlanchín y te estás comunicando cada vez más, tanto con palabras como con gestos y ruidos. La mayor parte del tiempo hablas en tu idioma y no logramos entenderte, pero ya sabes decirnos varias cosas, como por ejemplo "ñam-ñam" cuando tienes hambre o quieres que te invitemos lo que estamos comiendo, "aguis" cuando quieres agua y "caca" cuando necesitas que te cambiemos el pañal. Lo último con lo que nos has sorprendido es diciendo "no no no no no" a la par que mueves tu dedo índice de un lado a otro cuando no quieres algo.

Cada vez te interesan más los dibus, los ponemos sobretodo por las mañanas, mientras papá y yo nos preparamos para salir a trabajar. Hablas, bailas, te ríes y señalas mientras los miras atentamente.


Bibe matutino viendo dibus

Odias los calcetines, apenas puedes te los quitas. No sé cómo consigues quitártelos hasta mientras duermes!!! Los zapatos tampoco son de tu total agrado, cuando vas en el cochecito a veces empiezas a golpear un pie contra el otro intentando sacártelos.

Observas con atención todas y cada una de las cosas que hacemos y no pierdes la oportunidad de imitarnos. ¡Me sorprende lo rápido que aprendes!

Como a la mayoría de los niños te encanta la calle, así que aprovechamos las mañanas de los fines de semana para salir a pasear. Te emocionas muchísimo cuando llegamos al parque, sonríes, gritas y mueves las manos y las piernas sin parar. Una de las cosas que más te gusta del parque es observar jugar a los otros niños. También te gusta saludar -y despedirte- con la mano y con una sonrisa a los adultos y niños que se cruzan por tu camino. A la gente le hace mucha gracia y suelen devolverte el saludo y la sonrisa. 


Mañana de otoño en el parque

¡No te puedes imaginar lo mucho que te queremos y cómo alegras nuestros días! 


¡FELICES DIECISIETE MESES MI VIDA!

viernes, 2 de noviembre de 2012

Más reflexiones...

{de una mamá que trabaja fuera de casa}

Hace algunos días escribí este post con mis primeras reflexiones tras empezar a trabajar fuera de casa luego de la baja por maternidad y de unos cuantos meses de excedencia. Entre otras cosas, en él hablaba un poco por encima del tema de las infecciones al empezar la guardería, un tema que me fastidia y preocupa bastante.

Sí, sé que los niños que empiezan a ir a la guardería se enferman muchísimo y que así fortalecen su sistema inmunológico; pero para serles sincera, a veces esto me suena un poco a "consuelo" para los padres que sufrimos viendo cómo nuestros peques se ponen malitos cada dos por tres pero no tenemos otra alternativa que llevarlos a la guardería. 

No me gusta ver a Mateo enfermo tan seguido. Nunca se había enfermado tanto como desde que empezó la guardería. Estoy cansada de ver cómo respira con dificultad por tantos mocos, o cómo la tos le da arcadas -a veces llegando a vomitar- y lo despierta continuamente por las noches. Me molesta visitar al pediatra un día sí y otro también, o tener que darle medicamentos casi a diario -ya sea para la fiebre, o para evitar que los mocos le bajen y le de bronquitis-.

Felizmente ahora tenemos a mis suegros con nosotros y ellos se han podido quedar con Mateo cuando ha estado enfermo. Pero en pocas semanas se irán y papá y yo tendremos que organizarnos para cuidarlo si es que vuelve a enfermar. Estar en un país extranjero complica bastante las cosas ya que no tenemos familiares cerca a quienes acudir. Así que la única alternativa es pedir vacaciones -como máximo uno o dos días- o contratar a una cuidadora -conocemos a una chica que ya ha cuidado antes a Mateo-, con el correspondiente gasto que eso significa.

Enfín, no me voy a adelantar a los hechos y cuando la situación se presente ya lo solucionaremos. Por ahora disfrutaremos de estos días de descanso y de que Mateo está bien de salud -aunque con mocos y tos permanentes-.

viernes, 26 de octubre de 2012

{no} Dormir

Soy una persona dormilona. Sí, de esas que necesitan como mínimo unas ocho horas de sueño nocturno para funcionar bien al día siguiente. El dormir mal afecta mi estado de ánimo, me pone más irritable, nerviosa y pierdo la paciencia con mayor facilidad. Siempre he sido de irme a dormir relativamente pronto porque tenía que despertarme pronto al día siguiente, ya sea para ir al colegio, a la universidad o a trabajar. Cuando salía hasta tarde o me quedaba estudiando, recuperaba el sueño perdido con una buena siesta. Los sábados y domingos no dejaba mi cama antes de las 10am.

Sabía que al ser mamá las cosas cambiarían mucho. Pero sinceramente no me imaginaba que tanto. Pensaba que las malas noches tendrían lugar durante los primeros ocho, nueve o diez meses y que después las cosas poco a poco se normalizarían. Obviamente, me imaginaba que las malas noches siempre iban a existir, ya sea por alguna enfermedad, pesadilla, o cualquier otro motivo, pero pensaba que serían la excepción. Quizás nunca volvería a dormir las mismas horas que antes, pero sí de seguido.




Mateo está cerca a cumplir los 17 meses y se sigue despertando por las noches, y mucho. Ahora que ha empezado la guardería y está eternamente con mocos y tos, aún más. No ha dormido más de seis horas seguidas -esto en contadas ocasiones- ni una sola noche. Y por lo tanto, yo tampoco. Cuando me quedaba en casa con él intentaba recuperar el sueño durmiendo un poco durante alguna de sus siestas, pero ahora que trabajo fuera de casa esto es imposible y la verdad es que estoy agotada. Necesito dormir mejor. Si no fuera por los cafés creo que no sería capaz de trabajar y mi estómago ya empieza a resentirse, porque tengo un ardor que me acompaña desde hace unos cuantos días.

Recuerdo que los primeros meses la familia, amigos o conocidos me decían: "Vas a ver, cuando empiece a comer cereales dormirá toda la noche". Empezamos con los cereales y nada. O también: "Es que le están saliendo los dientes y eso le debe estar molestando mucho". ¡Benditos dientes! Al ver que pasaban los meses y la cosa no mejoraba algunos comentaban: "Tiene que cansarse más, seguro que cuando empiece a andar va a dormir mejor". Espero con ansias que ande -aún no se atreve a soltarse-. Tampoco faltaban las recomendaciones: "No lo dejes dormir tanto durante el día, quítale una siesta" o "Quizás tiene hambre, ¿por qué no le das otro biberón durante la madrugada?". 

Tenemos una rutina de antes de dormir que intentamos no saltar ni un solo día. Una hora antes de acostarlo bajamos el nivel de luz y de ruido. Luego viene el baño, cena, biberón y a la cama. No le cuesta mucho conciliar el sueño, pero un par de horas después de haberse dormido empiezan los despertares. A veces son cortos y rápidamente consigo que vuelva a dormir, pero algunos días puedo estar media, una o en el peor de los casos dos horas hasta que logro que se vuelva a dormir. Y en las peores noches -como estas últimas- los despertares pueden darse con mucha frecuencia, a veces cada 20 minutos!!!

Hemos probado infinidad de cosas sin buenos resultados. Que duerma en su cuna en su habitación -que está comunicada con la nuestra-, que duerma en su cuna en nuestra habitación, que duerma en nuestra cama, blevit sueño, kindival, acostarlo más tarde, acostarlo más temprano, quitarle una siesta, llevarlo al parque toda la tarde para que se canse, darle un biberón en la madrugada, y un largo etcétera.

Enfín, creo que por ahora no me queda más alternativa que armarme de paciencia, comprar mucho café -y un buen antiácido- y esperar a que, tarde o temprano, esta etapa acabe y Mateo duerma mejor. Espero que ese día no esté muy lejos.

lunes, 8 de octubre de 2012

Reflexiones...

{de una mamá que trabaja fuera de casa}

A escasas semanas de haber empezado la guardería y de haberme reincorporado al mundo laboral, siento lejanos aquellos días en los que me dedicaba casi por completo a cuidar a mi enano. Luego de desayunar y despedir a papá nos vestíamos y, para evitar el calor del mediodía, nos íbamos a la calle. El enano me acompañaba a tomar un cortado y de ahí directo al parque.

Columpios, tobogán, tierra, hojas, pelotas, niños, más niños, abuelos, cuidadoras, juguetes. Así transcurría nuestra mañana. Cerca del mediodía volvíamos a casa para comer y dormir la siesta. Por la tarde jugábamos un poco en casa, merendábamos y casi siempre, volvíamos a salir. A pasear, a comprar algo que nos hacía falta o nuevamente al parque. Al final de la tarde papá nos daba el encuentro, nos íbamos a casa, baño, cena, y a dormir. 

Hoy nuestra rutina es muy distinta. A las 6:30am estamos todos despiertos. Me baño, preparo el desayuno, desayunamos, preparo el tupper, termino de arreglarme y a las 7:30am salgo rumbo al trabajo. Mientras tanto papá cuida al enano y aprovecha algún hueco para bañarse. Una vez que yo me he ido le da el desayuno, lo viste y lo lleva a la guardería, donde se queda hasta las 5:00pm que voy a buscarlo.

Tengo que confesar que tenía ciertos reparos en llevar al enano a la guardería. Tal como comenté en este post se me encogía el corazón de solo pensar que iba a estar tantas horas fuera de casa y lejos de nosotros, compartiendo cuidadora con otros diez, once o doce niños, y sin los abrazos, besos y caricias de mamá a los que estaba tan acostumbrado. Me preocupaba el tema de las infecciones, la hora de la comida -desde hace unos meses no le gusta que le den de comer- y principalmente, la siesta.

A pesar que lo extraño horrores, no voy a negar que me siento bien de haber vuelto a trabajar fuera de casa, me gusta estar con otros adultos, conversar de cosas que no tengan nada que ver con los niños y tener más tiempo para mí. Además, soy consciente de que hoy en día tener un trabajo es prácticamente un lujo, y tengo que cuidarlo como oro.

Por otro lado, veo que el enano está bien en la guardería. Le dan bastante atención, se preocupan de que coma bien, que duerma la siesta y ha aprendido muchas cosas nuevas. Cuando me ve entrar a la clase se alegra muchísimo y siempre tiene una sonrisa de despedida para su profesora.

Lo de las infecciones es un tema aparte. Desde que empezó la guardería los mocos y la tos nos acompañan -ahora mismo está con bronquitis- lo cual implica tener un plan alternativo para cuando no puede ir a la guardería. Felizmente ahora tenemos a mis suegros de visita y nos pueden ayudar cuidando al enano, pero sino tendríamos que pedir vacaciones en el trabajo o buscar una canguro. La verdad es que las cosas se complican un poco cuando no tienes familiares cerca para echarte una mano.

Pero a pesar de todo, sigo pensando que casi 9 horas diarias de guardería es demasiado para un niño tan pequeño. Cuando lo voy a buscar lo noto más cansado que de costumbre y como consecuencia un poco fastidiado. Personalmente creo que lo ideal sería que pasara sólo medio día en la guardería, y que pudiera comer y dormir en casa, a su ritmo. Así como pasar la tarde jugando tranquilo, a su aire, ya sea en casa o en el parque.

Mi reflexión final es que creo que para poder cumplir con nuestras obligaciones estamos forzando a nuestros hijos a llevar un ritmo de adultos, sin respetar del todo sus tiempos y necesidades. Por otro lado, es poco el tiempo que podemos compartir con ellos durante la semana. Por eso, seguiré insistiendo en que necesitamos un cambio, ellos también lo necesitan y nos lo agradecerán.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Mi vuelta al trabajo


Después de quince meses hoy he vuelto a ocupar el puesto de trabajo que dejé el día anterior a que naciera mi enano. El día no ha empezado de la mejor manera, desde las 5am Mateo ha estado inquieto, quejándose y sin poder conciliar el sueño. A veces me parece que es súmamente perceptivo y que sabe algo distinto va a suceder. Finalmente a las 6:30am nos hemos levantado de la cama y hemos decidido empezar el día. Con la ayuda de papá y de mis suegros he podido salir de casa a las 7:30am y llegar al trabajo a eso de las 8am, tal como lo había planeado (a pesar de la huelga de transportes). Creo que me ha sido más fácil despedirme del enano en casa que en la guardería, como había estado haciendo los últimos días. Me ha mirado de forma extraña cuando me iba, pero no ha llorado. Papá dice que tampoco lloró al dejarlo en la guarde.


No voy a negar que me he sentido bien de volver al trabajo, reencontrarme con mis compañeros, compartir conversaciones, cafés y comida. Eso sí, la cosa no está fácil para nadie y trabajo hay poco así que me va a tocar usar mi creatividad e inventármelo :) Por lo pronto me he dedicado a revisar correos electrónicos y los proyectos que dejé antes de irme, para ver cómo los habían terminado. Espero que esta situación no dure mucho y que en unos pocos días aparezca algún proyecto en el que pueda participar.  

Cerca de las 4pm he salido a buscar al enano a la guarde. Me ha encantado ver lo feliz que se puso cuando me vio entrar a la clase. Su profesora dice que ha estado contento, que ha comido y ha descansado bien. Y la verdad es que se le notaba. Estaba contento.

Así que puedo decir que el día, a pesar de no haber empezado muy bien, ha sido bastante mejor de lo que esperaba :)
  

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Guardería, visitas y vuelta al trabajo

Hace como un mes comenté en este post que septiembre sería un mes de muchos cambios. Ya estamos en septiembre y los cambios no se han hecho esperar. 

Empezamos hace algunos días con la guarde del enano. Las cosas poco a poco van mejorando. El lunes y hoy el enano se quedó el día completo, y aunque por la mañana lo dejamos llorando, por la tarde lo encontramos tranquilo, y la profe nos dijo que había comido bien, había dormido y había estado jugando con los otros niños. Así que al parecer el enano se está adaptando, tal como me aconsejaron teníamos que darle más tiempo. ¡Muchas gracias por sus comentarios! La verdad es que me han ayudado bastante ;)

Las visitas que teníamos programadas están llegando poco a poco. Mi hermana y su novio llegaron el lunes y hoy han partido a visitar otras ciudades europeas, el mismo día en que han llegado mis suegros ;) El enano está un poco sorprendido con todo este alboroto, hace un tiempo que no veía a su tía ni a sus abuelos, así que se comporta de forma amigable pero temerosa a la vez, les sonríe pero no quiere que lo cojan en brazos. Me imagino que poco a poco les irá cogiendo confianza y se acostumbrará a tener nuevas personas en casa. 

Y por último, mi vuelta al trabajo está cada día más cerca. El próximo lunes me reincorporo después de 15 meses de excedencia. Espero que no se me haga muy duro, y que pueda con todo.

Así que ya ven, no tengo tiempo para aburrirme. Tanto así que hoy me olvidé del miércoles mudo ;((( Será para la próxima...

sábado, 8 de septiembre de 2012

El segundo día

Primero que nada, quería agradecerles sus comentarios a mi entrada anterior, gracias por sus palabras de apoyo y energía positiva!!! La verdad es que cuando abrí esté blog nunca pensé que llegaría a conocer tantas otras mamás con las que compartir experiencias, dudas, miedos, alegrías...Este blog se ha convertido para mí en algo así como una vía de escape, una forma de obtener consejos, apoyo, ayuda. Y a pesar de que sólo las conozco virtualmente siento que ya forman parte de mi vida ;) Gracias nuevamente!

Bueno, el segundo día no fue tan bien como el primero. Para empezar pasó una muy mala noche. Mi enano no suele dormir muy bien pero esta vez fue peor, se despertó muchas veces durante la noche y a eso de las 5:00am empezó a quejarse y a darse mil vueltas, estaba medio dormido, pero se notaba que su sueño era muy ligero y que no estaba descansando.

Así que se imaginarán que a las 8:30am cuando lo dejamos en la guarde estaba muerto de sueño. Se quedó tranquilo, nos despedimos y la cuidadora se lo llevó para adentro sin problemas. Así que me fui super triste pero un poco más tranquila que el día anterior porque pensaba que todo iría bien. Mi sorpresa fue al llegar a buscarlo y encontrarlo con otra ropa!!! Según me han dicho tenía mucho sueño y como no conseguía dormir (le cuesta mucho hacerlo solo) estuvo llorando y vomitó un poco de leche con mocos (es cierto que estaba con un poco de mocos). Pero que no me preocupara, que era normal. ¿Normal? Casi me muero. No saben cómo me sentí. Se me partió el alma. Además, en ese momento ya no estaba llorando pero tenía una carita...


Salí de la guardería y lo primero que pensé fue: "Aquí no vuelve más" (yo soy así, cuando me pongo nerviosa me vuelvo un poco radical). Lo traje a casa, comió, durmió una siesta de tres largas horas y al despertarse era otra persona. Luego me tranquilicé un poco, estuve conversando con mi marido y lo que creemos es que debemos esperar algo más de tiempo antes de tomar una decisión, las adaptaciones suelen ser largas y complicadas. Pero estamos evaluando la alternativa de que sólo se quede mediodía, y contratar una canguro que vaya a buscarlo y lo traiga a casa para comer y hacer la siesta. Yo podría estar en casa a eso de las 4pm. 

No sé, la verdad es que estoy un poco desconcertada, esto es algo que no esperaba. Pensaba que lloraría al dejarlo pero que luego sabrían cómo distraerlo y se le pasaría. Lo cierto también es que a Mateo le cuesta mucho conciliar el sueño y obviamente en la guardería es imposible que alguien se dedique exclusivamente a hacerlo dormir. 

¿Qué opinan? ¿Qué harían ustedes? Dejar mi trabajo no es una alternativa, ahora sí necesitamos mis ingresos.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Llegó el gran día...

Como todo en la vida, el primer día de guardería tenía que llegar. Ayer fuimos a conocer a la tutora y la verdad es que nos quedamos bastante tranquilos porque es una chica joven, alegre, simpática, con buena energía y, al parecer, con paciencia. Mi enano estaba contento, tenía una sala de juegos solo para él y no paraba de dar alaridos y sonreírle a la profe.


Hoy a las 8:30am en punto estábamos en la puerta de la guarde, luego de explicarle varias veces al enano que íbamos a ir de nuevo al cole pero que esta vez lo íbamos a dejar y yo volvería a buscarlo en unas horas -hoy y mañana se quedará mediodía, a partir de lunes el día entero-. Hemos entrado, una de las profes lo ha cogido, nos hemos despedido y nos hemos ido. Cinco minutos. Dicen que la despedida debe ser corta para no hacer la separación más difícil para todos. El enano nos ha mirado con una cara extraña, mientras veía como nos íbamos y a él se lo llevaban para adentro.


¿Qué habrá pasado después? No lo sé. Me imagino que me lo explicarán ahora que vaya a buscarlo. Por lo pronto papá y yo hemos salido, nos hemos abrazado y yo no he podido evitar soltar más de una lágrima en el camino de regreso a casa. Como alguna vez comenté en este blog, pienso que la vida son etapas y que cada etapa nos aporta algo distinto, nos enriquece y nos ayuda a crecer como personas. Hoy cierro una etapa maravillosa -quince meses sin separarme de mi enano- para abrir una nueva. Confío en que nos irá muy bien. 

¡Te voy a extrañar mucho enano!

martes, 28 de agosto de 2012

Retomando la lectura


He buscado el sosiego en todas partes, y sólo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos.

Thomas De Kempis (1380 - 1471)


Imagen vía ilTerra

Hace tiempo que no leo un libro, exactamente desde que nació mi enano. Antes leía mucho, normalmente en el metro y en el autobús mientras iba y volvía del trabajo. Me parecía la mejor forma de aprovechar el tiempo de viaje. En ocasiones estaba tan enganchada a un libro que leía mientras caminaba y deseaba que el trayecto se alargara para poder seguir leyendo.

Pero ahora me es más difícil encontrar un momento adecuado para leer. Siempre tengo alguna otra cosa que hacer -incluyendo actualizar este blog :)-. Sin embargo, debido a que la vuelta al trabajo ahora sí es inminente, he decidido retomar la lectura, pues me esperan nuevamente unos cuantos viajes en transporte público.

No tengo un libro o un tema favorito, pero prefiero la literatura hispanoamericana. Creo que es porque me gusta leer los libros en su idioma original, aunque también he leído algunos traducidos. De entre todos los escritores hispanoamericanos Isabel Allende ocupa un lugar importante en mi librero. Tengo casi todos sus libros y he leído la mayoría, aunque nunca he sido capaz de engancharme a "La casa de los espíritus". Lo he intentado más de una vez pero después de unas cuantas páginas termino por dejarlo. Curiosamente, ayer ordenando el librero me dí cuenta de que tengo dos ejemplares de este libro (¿?). 

"La suma de los días" es sin duda su libro que más me ha gustado. Con él me he reído y he llorado, en definitiva, me he emocionado. Es un libro muy personal en el que le narra a su hija Paula todo lo que ha sucedido con la familia desde el momento en que ella murió. A través de él nos transmite fortaleza, amor, magia, esperanza y humor. 

Otro de mis escritores favoritos es Mario Vargas Llosa. Tengo varios libros suyos y he leído unos cuantos. Hace más de un año compré "El sueño del celta", está en el librero, esperando a ser leído. Quizás el que más me ha gustado ha sido "El paraíso en la otra esquina", no es muy conocido pero me llamó la atención porque narra la interesante y a la vez extraña vida de un conocido pintor -Paul Gauguin- y su abuela Flora Tristán -luchadora por los derechos de la mujer y de los obreros-. Lo recomiendo. 

Algunos libros de otros autores a los que me he enganchado rápidamente y no he soltado hasta terminarlos han sido "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón, "Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini, "El baile de la Victoria" de Antonio Skártema, "Nosotras que nos queremos tanto" de Marcela Serrano,  "Instrucciones para salvar el mundo" de Rosa Montero, "Soldados de Salamina" de Javier Cercas, "Abril rojo" de Santiago Roncagliolo y, cómo no, "Brújula para navegantes emocionales" de Elsa Punset. 

Mi vuelta a la lectura empezará con "El tiempo entre costuras" de María Dueñas, desde que se publicó tengo ganas de leerlo. Espero engancharme rápidamente y disfrutarlo mucho.

Y a ustedes, ¿qué tipo de libros les gusta leer? ¿Cuáles me recomendarían?

¡Un fuerte abrazo!

martes, 8 de mayo de 2012

Mamá se va a trabajar, ¿y Mateo?


Sé que todavía faltan unos cuántos meses pero éste es un tema que no para de darme vueltas en la cabeza. En setiembre tengo que volver a trabajar y Mateo se irá a la guardería. Desde que nació casi no nos hemos separado, pasamos todo el día juntos y lo llevo conmigo a donde vaya. Por eso de solo pensar que vamos a estar separados nueve horas todos los días y que durante este tiempo él va a estar fuera de casa, compartiendo cuidadora con otros diez, once o doce niños, y sin los abrazos, besos y caricias de su mamá a los que está tan acostumbrado se me encoge el corazón. Nos hemos decidido por la guardería en lugar de por una cuidadora porque no conocemos a nadie de confianza, y la idea de dejar a nuestro hijo solo con un desconocido no nos convence para nada. 

Durante la baja por maternidad mi marido y yo tuvimos largas conversaciones sobre quién iba a cuidar a Mateo cuando yo tuviera que regresar a trabajar y finalmente decidimos que yo pidiera una excedencia -algo que yo ya tenía en mente inclusive desde antes de estar embarazada- porque nos moríamos de pena de dejarlo tan pequeñito en la guardería. Y no me arrepiento. Hemos tenido que ajustarnos el cinturón y tirar un poco de los ahorros pero sin duda ha valido la pena. No cambio por nada del mundo este tiempo que he podido compartir y que sigo compartiendo con mi hijo. Haber podido presenciar cada uno de sus aprendizajes y descubrimientos, observarlo jugar y compartir juegos y muchas risas con él, llevarlo al parque todas las mañanas, darle de comer, de merendar y hacer que duerma las siestas -aunque me tome media hora o más- no tiene precio. 

Pero como todo lo bueno, la excedencia se acaba. No podemos darnos el lujo de prorrogarla, si paso del año no me conservarían el puesto de trabajo y necesitamos mi sueldo. Por otro lado, me interesa desarrollarme profesionalmente y lamentablemente, aunque sea por el cuidado de un hijo, una pausa muy larga te puede dejar fuera del mundo profesional. La mayor parte de la gente me dice que Mateo estará bien en la guardería; que ahí los cuidan bien, que los estimulan mucho, les enseñan a compartir, a esperar su turno y que adquieren una rutina. No lo dudo, pero sigo preguntándome: ¿es esto verdaderamente lo que los bebés y niños tan pequeños necesitan? ¿está bien que pasen nueve o más horas al día fuera de casa y lejos de sus padres?

Los primeros años de vida son sumamente importantes, muchos expertos coinciden en que los niños deberían pasar los tres primeros años de vida al cuidado de alguno de sus padres. De acuerdo con numerosos estudios e investigaciones recientes, durante estos primeros años el cerebro desarrolla un 90% de su tamaño adulto y consolida la mayor parte de los sistemas y estructuras responsables de todo el funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico. Por ello, las experiencias durante estos primeros años son críticas. Elsa Punset en su libro Brújula para navegantes emocionales indica que "la empatía, el afecto, el deseo de compartir, el aprendizaje de la gestión de la agresividad y el desarrollo de la capacidad de amar están asociados a las capacidades de apego formadas durante la infancia y la niñez temprana"

Necesito y quiero trabajar, pero sin desatender lo más importante que tengo en la vida. ¿Es que no hay otras alternativas? Creo que tenemos que ir un poco más allá, cuestionarnos lo establecido y romper paradigmas. ¿Es necesario estar de lunes a viernes ocho o diez horas en la oficina para hacer bien nuestro trabajo? ¿Estamos utilizando el tiempo de forma eficiente? Y las nuevas tecnologías, ¿las estamos aprovechando al máximo? Hace un par de días descubrí la iniciativa El día de la oficina en casa, creo que sería interesante que este tipo de iniciativas se extendieran a un mayor número de empresas. Yo he reducido la jornada a siete horas -lo cual ya es de gran ayuda- pero si le sumamos los trayectos y una media hora para comer, en total son nueve horas las que Mateo tiene que estar en la guardería. Y mi marido, qué puedo decir, él trabaja más horas que yo. 

Hemos visitado muchas guarderías y hemos intentado escoger la mejor. Sé que lo más probable es que Mateo termine por acostumbrarse, y seguro que hasta la pasará bien. No sé si yo me acostumbraré a decirle adiós cada mañana y no volver a verlo, besarlo y abrazarlo hasta nueve o diez horas más tarde. De lo que sí estoy segura es de que necesitamos un cambio para que los padres que queremos y/o necesitamos trabajar podamos compartir más tiempo con nuestros hijos. Ellos también lo necesitan y nos lo agradecerán.

viernes, 4 de mayo de 2012

¡Vaya mañana!

Hoy hemos tenido una mañana muy larga y cansada. Tenía que ir a dejar unos documentos al despacho donde trabajo y como mi madre no se encuentra bien he decidido llevarme a Mateo conmigo. 

Mateo suele despertarse temprano, pero hoy ha madrugado más de lo normal, a las 6am ya estaba despierto, o sea que a la hora que hemos salido de casa -cerca a las 9am- ya tenía algo de sueño. En el metro la cosa no ha ido tan mal, se ha quejado un poco pero nada más, además teníamos sólo dos paradas así que ha sido rápido. La odisea ha empezado al subir al autobús. Ha roto a llorar a lágrima viva. Yo he intentado calmarlo hablándole y dándole algún juguete pero cada vez que el autobús se ponía en marcha después de una parada empezaba el llanto. Esto me puso un poco nerviosa. Sé que no debería, es un bebé y es normal que llore, pero ver que no era capaz de calmarlo y que la gente volteaba a mirarnos me ha hecho sentir incómoda.

Enfín, que después de unos veinte eternos minutos hemos llegado a nuestro destino. Mateo ha dejado de llorar pero ha empezado a quejarse porque, obviamente, estaba ya cansado y quería salir del cochecito. Ha sido entrar al despacho y como todos mis compañeros han venido inmediatamente a verlo, no sé si se ha asustado o qué pero ha empezado a llorar sin consuelo. Lo he cogido en brazos y se me ha prendido como un koala, no quería saber nada de nadie. De nuevo me he puesto nerviosa. Quería consolar a Mateo y a la vez sentía que estaba molestando, porque mis compañeros y mis jefes estaban trabajando y creo que hasta había algún reunión con un cliente o algo por el estilo. Después de un buen rato finalmente he conseguido que se duerma, pero durante ese tiempo la he pasado muy mal. 

Pero la historia no termina aquí. A la hora de irnos, he sacado a Mateo del cochecito para ponerle la chaqueta y lo he despertado. Así que nada, el pobre creo que solo pudo dormir unos veinte minutos. Para el regreso he decidido cambiar de ruta y coger sólo el autobús. De solo ver el autobús Mateo se ha puesto a llorar nuevamente. Yo ya estaba exhausta. Y al subirnos ha seguido llorando. He sacado sus juguetes, le he dado mi pañuelo, le he cantado, lo he hecho jugar al escondite, y más o menos he logrado controlar el llanto. Con las últimas fuerzas que me quedaban hemos llegado a casa, y cuando he abierto la puerta le ha regalado una hermosa sonrisa a su abuela. Todo había vuelto a la normalidad. 

¡Vaya mañana! He terminado agotada. Y creo que él también. 
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