¿Más cañitas? |
miércoles, 27 de febrero de 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
Malestar...¿virus o nervios?
Desde hace unos días no me encuentro del todo bien. No sé si he cogido un virus de esos no identificados o si es más bien algo psicosomático (no sería la primera vez que me pasa, aunque con otros síntomas), una manifestación física de los nervios y la preocupación que tengo por el traslado y todo lo que ello conlleva. Me duele la cabeza, tengo un poco de malestar estomacal y por las tardes me entran escalofríos aunque a la vez siento mucho calor en la zona de la cara. Qué cosas más raras...
En fín, por ahora lo voy controlando con ibuprofeno y paracetamol, espero que esto se vaya en unos pocos días tal como vino. También debo decir que papá está siendo un gran apoyo, no saben cómo le agradezco su ayuda. Este fin de semana prácticamente ha sido él el que se ha hecho cargo del enano. Felizmente hoy que me toca quedarme sola me encuentro algo mejor, quizás el hecho de ser consciente de los nervios y preocupación ayuda a que el malestar físico desaparezca.
Papá me ha dicho que sería una buena idea que practique algo de yoga, y creo que tiene razón. Siempre me ha ido muy bien para liberar tensiones y recuperar el bienestar físico y la calma. Además, sé que éste es un cambio importante para Mateo y quiero transmitirle tranquilidad y seguridad. Estoy segura que finalmente tendremos todo listo para el día que cojamos el avión, pero a veces me agobio y angustio pensando en lo mucho que tengo por hacer y gasto energía inútilmente en pensamientos en lugar de actuar. Es que no sé ni por dónde empezar...¿Algún día cambiaré?
jueves, 21 de febrero de 2013
Propuesta de colaboración ¿Qué opinan?
Desde hace un tiempo estoy pensando que sería interesante contar con la colaboración de algún profesional relacionado con temas de maternidad e infancia en el blog. Unos días atrás tuve la oportunidad de conocer personalmente a Gemma Cánovas Sau, Psicóloga especializada en Psicología de la Mujer, Maternidad e Infancia, con quien mantuve una conversación que me permitió saber que comparto muchas de sus ideas sobre la maternidad. Le hice la propuesta de colaboración y le pareció una buena idea.
Gemma Cánovas Sau es autora del libro El oficio de ser madre. La construcción de la maternidad y publica artículos en revistas especializadas. En la actualidad asesora a centros psicopedagógicos, escuelas, guarderías y Centros de Atención Municipal a la Mujer. Es consultora en adopción y reproducción asistida. Es miembro de la Sección de "Psicologia de les Dones" del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña y da clases en la Facultad de Psicología Blanquerna-Ramon Llull. Por otra parte, es colaboradora técnica del programa de prevención de la violencia del Ayuntamiento de Barcelona e imparte cursos y talleres a profesionales y asociaciones de mujeres en diferentes comunidades autónomas.
La idea inicial es que Gemma publique un artículo mensual en este blog. Pero antes que nada me interesa saber su opinión. ¿Qué les parece la idea? ¿Les gustaría que el blog tuviera algún que otro artículo más "profesional"? ¿Qué temas les interesaría que tratara Gemma?
Para conocer un poco más sobre Gemma les dejo algunos enlaces:
Página web: www.gemmacanovassau.com
Blog: http://eloficiodesermadre.blogspot.com
E.mail: nova@gemmacanovassau.com
¡Gracias!
La idea inicial es que Gemma publique un artículo mensual en este blog. Pero antes que nada me interesa saber su opinión. ¿Qué les parece la idea? ¿Les gustaría que el blog tuviera algún que otro artículo más "profesional"? ¿Qué temas les interesaría que tratara Gemma?
Para conocer un poco más sobre Gemma les dejo algunos enlaces:
Página web: www.gemmacanovassau.com
Blog: http://eloficiodesermadre.blogspot.com
E.mail: nova@gemmacanovassau.com
¡Gracias!
miércoles, 20 de febrero de 2013
lunes, 18 de febrero de 2013
¿Me elegirías a mí?
Elegí mi carrera y un trabajo para desarrollarla.
Elegí a mis amigos.
Elegí a papá, y él a mí.
Elegí venir a Barcelona, y ahora elijo volver.
Elegí, junto con papá, ser mamá.
Y llegaste tú.
Elijo muchas cosas por y para ti.
Elegí tu nombre y tu ciudad de nacimiento.
Elegí tu casa y el parque en el que jugamos.
Elijo tu comida y tu ropa.
Elijo besarte, mimarte y dormir junto a ti.
Elijo acompañarte a crecer y dejarte volar cuando lo necesites.
Elijo guiarte, cuidarte, escucharte y consolarte.
Elijo amarte sin condiciones y para siempre.
Elijo hacer todo lo posible para que seas feliz.
Cada día me pregunto: ¿Lo estoy haciendo bien?
Si te dieran a elegir, ¿me elegirías a mí?
jueves, 14 de febrero de 2013
Mi estado emocional y su influencia sobre el de mi hijo {Aprendizajes}
Hace algo más de 20 meses que me convertí en mamá. Se qué es poco tiempo, pero son muchas las cosas que he aprendido. Compartir estos aprendizajes es uno de los objetivos del blog (por algo se llama "Aprendiendo a ser mamá"), y además me interesa intercambiar opiniones y experiencias con otras mamás que estén o hayan pasado por lo mismo que yo.
Débora, de ¡Mamá qué sabe!, publicó hace unos días esta entrada en la que además de compartir los cuatro pilares en la crianza de sus hijos nos habla sobre la importancia del apego seguro en la maternidad, y cómo esto puede influir entre muchas otras cosas en el sueño nocturno de nuestros hijos. Débora dice: "Creo que el apego seguro está íntimamente relacionado con el control emocional de la figura de apego, generalmente establecida en primera persona en las madres."
Estoy totalmente de acuerdo. Esta es una de las cosas más importantes que he aprendido en estos meses. Independientemente del tipo de alimentación que se le dé al bebé, de dónde y con quién duerma o de si mamá trabaja fuera de casa o no, estoy convencida de que algo fundamental para lograr ese apego seguro que tanto deseamos las madres es que nos encontremos emocionalmente bien. Obvio ¿no? Sí, pero no siempre es sencillo mantener ese control emocional tan necesario. En ocasiones nos sentimos superadas por la situación, ya sea porque estamos agotadas por las malas noches, agobiadas por exceso de trabajo, enfadadas con el marido o frustradas porque no vemos los frutos de tanto esfuerzo. Y finalmente son nuestros hijos los que muchas veces terminan pagando los platos rotos. Porque los niños son como esponjas y absorben todo, incluidos los sentimientos y emociones de quienes los rodean, y en especial de la madre, con quien tienen una conexión emocional muy especial.
Estoy segura que todas las madres han vivido experiencias similares a la que cuento. Nuestros hijos son increíblemente sensibles a nuestro estado emocional y lo reflejan en sus comportamientos. Cuando no nos encontramos bien es común que sus rabietas sean más frecuentes e intensas, que tengan dificultad para conciliar el sueño o se nieguen a comer. Y muchas veces nuestra frustración, angustia y ansiedad empeora aún más las cosas. Por el contrario, si estamos tranquilas y a gusto con nosotras mismas, contagiamos esa energía a nuestros hijos y ellos se muestran a su vez más tranquilos, contentos, receptivos y colaborativos.
Hace un tiempo publiqué la entrada "Rebelión en la trona", que refleja perfectamente lo que he comentado en el párrafo anterior. Mateo estaba atravesando un cambio importante en su alimentación. No quería que yo le diera de comer. Y yo empeoraba la situación con mis nervios, angustia y pérdida de paciencia. La hora de la comida se empezó a convertir en una pesadilla para ambos. Felizmente logré entender que era la oportunidad perfecta para introducir alimentos sólidos y que empezara a comer solo.
Con todo esto no pretendo decir que las mamás siempre tenemos que encontrarnos bien. Eso sería imposible, además creo que tampoco es sano. Pero pienso que lo importante -y quizás lo más difícil- es que sepamos identificar y gestionar esas emociones "negativas" para evitar que nuestros hijos sufran las consecuencias. Tenemos que saber pedir ayuda cuando la situación se nos está yendo de las manos, tomarnos un descanso, relajarnos, recargar energías para luego volver al campo de juego en forma. Esta es una de las razones por las que me interesa tanto la educación emocional. Porque creo que este "contagio" de emociones se da en todas las relaciones, aunque en la de madre-hijo es más intenso por esa conexión tan especial que existe.
¿Qué opinan de todo esto? ¿Creen que su estado emocional influye sobre el de sus hijos? ¿Han vivido situaciones de este tipo?
miércoles, 13 de febrero de 2013
lunes, 11 de febrero de 2013
Actividades que comparto con mi hijo: Estimulación musical
A lo largo del día son muchas las actividades que comparto con Mateo; más aún ahora que soy mamá a tiempo completo. De entre todas las actividades que puede realizar un niño de su edad, hay cuatro que personalmente considero de gran importancia para su desarrollo, y que intento llevar a cabo con él frecuentemente, si es posible casi a diario. Eso sí, siempre a modo de juego y nunca como obligación. Estas son:
- Estimulación musical.
- Actividad física (de preferencia al aire libre).
- Lectura.
- Artes plásticas o manualidades.
Siempre hago lo posible por identificar el momento oportuno para realizar cada una de estas actividades, tomando en cuenta el estado en el que se encuentra. Por ejemplo, si se encuentra en un estado muy activo sé que es poco probable que quiera sentarse a leer un libro, y más bien quizás sea el momento perfecto para realizar un poco de actividad física. Además, como es de esperar, Mateo no muestra el mismo interés por todas las actividades. Ahora mismo, se inclina más por la actividad física y la estimulación musical, y busco los momentos en que se encuentra más receptivo para las otras dos, aunque si no quiere lo dejamos y ya está. Lo último que quiero es que las vea como una obligación, sino todo lo contrario.
En esta entrada les contaré cómo desarrollamos la estimulación musical. Como ya he mencionado en otras ocasiones, a mi enano le encanta la música, así que suele ser muy receptivo ante cualquier tipo de actividad que involucre música.
Vía http://www.musicoterapiabcn.es/ |
Primero que nada, me gusta tener música de fondo mientras estamos en casa. De este modo evito también tener la tele puesta, ya que a veces la encendemos más por inercia que por otra cosa. Puede ser cualquier tipo de música: canciones infantiles, música clásica, música "comercial", etc. En muchas ocasiones, Mateo deja lo que está haciendo y empieza a bailar si le gusta la canción que estamos escuchando.
También aprovechamos distintos momentos del día para cantar. Lo cierto es que yo canto fatal, pero a él le gusta y cuando termino una canción casi siempre me dice "más más". Muchas veces le canto durante la comida, merienda o cena. A veces utilizo unos pequeños títeres que tenemos, para hacerlo un poco más divertido. Los juguetes e instrumentos musicales están entre sus favoritos. Tenemos unos cuantos y se pasa un buen rato jugando con ellos. Algunos son de cuando era muy pequeñito, pero le siguen gustando.
Fuera de casa también realizamos actividades de estimulación musical. A lo largo de estos 20 meses hemos participado en dos talleres: "Estimulació musical per a nadons de 2 a 12 mesos" con Lucía Barea (pueden leer la entrevista que le hice para el blog aquí), y ahora estamos yendo a un taller de "Música per als més petits 1 a 3 anys" en el mismo centro cívico. Las primeras clases Mateo se mostraba tímido y desconfiando. Aunque prestaba mucha atención y participa en las actividades, no quería separarse de mi lado. Pero poco a poco ha ido cogiendo confianza y ahora se mueve de forma independiente por toda la clase e interactúa más con los otros niños y con la profesora. Entre otras cosas, cantamos en distintos idiomas, bailamos y tocamos varios instrumentos.
Finalmente, aunque no por eso menos importante, nos gusta asistir a conciertos adecuados para su edad, pero confieso que lo hacemos poco. En L'Auditori de Barcelona hay conciertos infantiles familiares, y también en el Palau de la Música Catalana, por citar un par de ejemplos.
Para terminar esta entrada, les dejo una canción que al enano le encanta. Se titula "Ansi font, font, font" y dura un par de minutos. El vídeo es muy bonito, vale la pena mirarlo.
¿Qué actividades consideran importantes para el desarrollo de sus hijos? ¿Qué actividades les gusta compartir con ellos?
domingo, 10 de febrero de 2013
150 palabras: El disfraz de hipopótamo (hipopótamo, noche, sillón)
Unos días antes de carnaval,
mamá le preguntó a Guillermo de qué quería disfrazarse.
-De hipopótamo –contestó Guillermo.
-Perfecto. Te prepararé un disfraz de hipopótamo.
Esa semana mamá tuvo mucho
trabajo y fue incapaz de hacer el disfraz que había prometido a Guillermo. El
día anterior a la fiesta de carnaval Guillermo le dijo:
-Mamá, no te olvides que mañana
es la fiesta. ¿Tienes listo mi disfraz de hipopótamo?
-Por supuesto, pero quiero que
sea una sorpresa. Mañana temprano lo encontrarás al pie de tu cama.
Cuando Guillermo se durmió mamá
se sentó en el sillón a
confeccionar el disfraz de hipopótamo. No quería incumplir su promesa y
desilusionar a Guillermo. Estuvo casi toda la noche cosiendo, y finalmente consiguió tener listo el disfraz,
aunque no quedó como le hubiera gustado.
Al despertar, Guillermo encontró
su disfraz y pensó: “esto parece más un elefante que un hipopótamo”,
pero decidió no decirle nada a mamá. Sabía que había estado trabajando en él
durante toda la noche.
Se puso el disfraz con ayuda de mamá y se fue al cole, dispuesto a disfrutar de la fiesta de carnaval.
jueves, 7 de febrero de 2013
El primer beso
Mateo ha aprendido a dar besos. ¡Y qué besos! Los más dulces y tiernos que me han dado en la vida. A veces lo hace por iniciativa propia, y en otras ocasiones porque papá o yo se lo pedimos. Acerca su boca a la nuestra y dice "muaaa".
El domingo estábamos en el parque cuando apareció A. A. es una niña un mes menor que Mateo que suele coincidir casi todos los días con nosotros en el parque. A. es muy cariñosa y esto a veces "asusta" un poco a Mateo, que últimamente tiene mucha vergüenza cuando una persona de sexo femenino que no sea yo se le acerca o le habla (cierra los ojos y voltea la cara, aunque riéndose jejeje). "Mateo, mira, ahí está A." le dijimos nosotros. Se saludaron y cada uno se fuea jugar por su lado.
Un rato después volvieron a encontrarse y empezaron a jugar juntos con la pelota. En un momento A. se acercó a Mateo para cogerle la mano, y entonces yo también me acerqué para que Mateo no se asustara y saliera huyendo. "Dale un besito" le dije a Mateo. Cual fue mi sorpresa cuando veo que Mateo acerca su cara a la de A. diciendo "muaaa" y A. acerca la suya a la de Mateo y....muak!!! El primer beso. De los más tierno :)
miércoles, 6 de febrero de 2013
lunes, 4 de febrero de 2013
Ni un solo día
Papá estuvo un par de días de viaje por trabajo. Es la tercera vez que viaja desde que nació Mateo. La primera fue cuando tenía unos 5 meses, la segunda cuando acaba de cumplir un año, y esta última cerca a los 20 meses. El segundo viaje fue el más largo, una semana entera. Recuerdo que terminé agotada. Mateo dormía bastante mal en esa época -hemos mejorado mucho- y a eso se sumó el hecho de que cogió un virus y estuvo un par de días con fiebre.
Pero ha sido esta última vez la que he notado más claramente un cambio de comportamiento en Mateo por la ausencia de papá. Estaba más mimoso que de costumbre, quería llamar todo el tiempo mi atención, no durmió bien, y como consecuencia cogió un par de rabietas -aún no son muy frecuentes-. Pero lo más "interesante" -por llamarlo de alguna manera- fue su reacción al ver a papá por skype. Estaba en medio de una rabieta cuando apareció papá en el ordenador, se calló instantáneamente, miró a papá y su primera reacción fue retirarse, como enfadado. Luego, ante los llamados de papá, se acercó nuevamente y lo saludó y sonrió. Empezó a moverse de un lado a otro y no perdió la oportunidad de tumbarse en el suelo y gritar. Definitivamente estaba intentando llamar su atención. Yo me pregunto que pasaría en ese momento por su cabecita.
Cuando volvió papá la felicidad de Mateo era inmensa. Quería estar todo el tiempo con él, jugar, reír...lo había echado mucho de menos. Y papá no se quedaba atrás. Me pidió que retrasara la hora de dormir de Mateo para poder verlo y no quería por nada que se fuera a la cama. Al verlos pensé que en estos 20 meses yo no me he separado ni un solo día de mi enano. He ido a trabajar, a algún curso de formación, a unas 4 o 5 cenas con compañeros de trabajo, pero siempre he visto a Mateo en algún momento del día. Sé que ese día sin vernos llegará, ya sea por un viaje de trabajo, por pasar un fin de semana en pareja -lo cual no estaría nada mal-, o por algún otro motivo. Pero no sé cómo me sentiré, ni cómo reaccionará él.
¿Cuánto es el mayor tiempo que te has separado de tus peques? ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo reaccionaron ellos?
¿Cuánto es el mayor tiempo que te has separado de tus peques? ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo reaccionaron ellos?
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