"Lo esencial es invisible a los ojos humanos,
sólo el corazón es capaz de captarlo."
Antoine de Saint-Exupéry
El Principito
"La educación moderna, que ha alcanzado
un grado de educación formal sin precedentes,
también ha dado lugar a otras formas de ignorancia."
Jean Claude Micheá
Hace como un año y medio, cuando estaba embarazada, leí el libro "Brújula para navegantes emocionales" de Elsa Punset. No recuerdo por qué escogí este libro pero definitivamente fue un acierto. Al día de hoy, aún sigo releyendo algunos capítulos y siempre lo consulto. Este libro me introdujo en un mundo fascinante: el de las emociones, y me ayudó a tomar consciencia de las carencias de la educación tradicional y de la importancia de dar a nuestros hijos una educación emocional.
"Lo peor es educar por métodos basados
en el temor, la fuerza, la autoridad, porque se destruye
la sinceridad y la confianza, sólo se consigue una falsa sumisión."
La educación emocional consiste en aprender a conocer y gestionar nuestras emociones y las de los demás. Esto es imprescindible para asegurar mejores niveles de felicidad personal y convivencia social.
De acuerdo con lo indicado en el libro en mención, "los estudios más recientes indican que están cayendo las curvas de destrezas sociales y emocionales de los niños. La media de los niños occidentales están más nerviosos, más irritables, más deprimidos y se sienten más solos. Su comportamiento es más impulsivo y más desobediente. Hemos empeorado en las últimas décadas en más de cuarenta indicadores de bienestar infantil." De ahí la importancia de educar emocionalmente a nuestros hijos.
Sin embargo, pocas veces a los padres se nos habla de esto. Recibimos miles de consejos sobre cómo corregir los comportamientos de nuestros hijos, pero en contadas ocasiones vamos más allá para entender los sentimientos y emociones que hay detrás de estos comportamientos. Hay en el libro una frase que me llamó mucho la atención -bueno, realmente hay muchas- y que me gusta compartir. Es la siguiente:
"Todos los comportamientos no son aceptables, pero todas las emociones y los deseos lo son. Los padres deberían, por tanto, imponer ciertos límites sobre los comportamientos, pero no sobre las emociones y los deseos."
Educar emocionalmente a nuestros hijos significa llegar a comprender sus sentimientos y emociones y ser capaces de calmarlos y guiarlos, para así conseguir que ellos sean capaces de controlar sus impulsos y ansiedad, tolerar la frustación, motivarse a sí mismos, comprender las emociones de los demás y mantener el equilibrio en situaciones inciertas.
Esto puede resultar complicado, ya que en muchos casos nosotros mismos no hemos sido educados emocionalmente y nos cuesta trabajo gestionar nuestras emociones.
La educación emocional me parece no sólo sumamente importante sino también interesante, por eso, a partir de ahora quiero dedicar algunos posts de este blog a comentar libros, artículos, webs, entrevistas, relacionados con este tema. Considero que es algo que todos los padres debemos saber e intentar aplicar si queremos que nuestros hijos crezcan emocionalmente sanos, que tengan una buena autoestima, que sean felices y puedan relacionarse con los demás de una manera positiva.
Sin embargo, pocas veces a los padres se nos habla de esto. Recibimos miles de consejos sobre cómo corregir los comportamientos de nuestros hijos, pero en contadas ocasiones vamos más allá para entender los sentimientos y emociones que hay detrás de estos comportamientos. Hay en el libro una frase que me llamó mucho la atención -bueno, realmente hay muchas- y que me gusta compartir. Es la siguiente:
"Todos los comportamientos no son aceptables, pero todas las emociones y los deseos lo son. Los padres deberían, por tanto, imponer ciertos límites sobre los comportamientos, pero no sobre las emociones y los deseos."
Educar emocionalmente a nuestros hijos significa llegar a comprender sus sentimientos y emociones y ser capaces de calmarlos y guiarlos, para así conseguir que ellos sean capaces de controlar sus impulsos y ansiedad, tolerar la frustación, motivarse a sí mismos, comprender las emociones de los demás y mantener el equilibrio en situaciones inciertas.
Esto puede resultar complicado, ya que en muchos casos nosotros mismos no hemos sido educados emocionalmente y nos cuesta trabajo gestionar nuestras emociones.
La educación emocional me parece no sólo sumamente importante sino también interesante, por eso, a partir de ahora quiero dedicar algunos posts de este blog a comentar libros, artículos, webs, entrevistas, relacionados con este tema. Considero que es algo que todos los padres debemos saber e intentar aplicar si queremos que nuestros hijos crezcan emocionalmente sanos, que tengan una buena autoestima, que sean felices y puedan relacionarse con los demás de una manera positiva.
buenisimo Mila!
ResponderEliminarmira q ya habia leido ese parrafo q escribiste en alguna parte...
Me va a encantar leer sobre el tema.
Un beso grande y tengo un premio para ti en mi blog. besos.
gracias Luiza!
EliminarUn besote
Tus palabras desprenden mucha inteligencia Mila. Voy a ver si consigo el libro de Elsa Punset, me encanta cómo habla y las cosas que dice. ;o)
ResponderEliminarGracias! Te recomiendo el libro, a mí me ayudo a ver michas cosas de otra manera y a entender muchas otras!
EliminarUn abrazo
Elsa, elsa... qué gran descubrimiento!
ResponderEliminarMe encantó tu post, y mira que lo perdí de vista, jajaja, pero cuando algo gusta merece un comentario!
Efectivamente, en la sociedad actual en la que nuestros hijos viven tan importante es la educación emocional como la del intelecto. ¡Casi me atrevería a decir que más incluso!
Una buena gestión de sus emociones los hará confiar en sí mismos, ser más sanos con ellos y con su entorno y los dotará de más recursos para vivir felizmente.
Sopa Azul, a mí también me encanta cómo habla...