Hace algunos semanas llegó a mis manos vía Facebook este artículo de Lucía de Althaus -psicóloga y mamá- titulado "Niños introvertidos" en el que se habla de cómo en muchas ocasiones los padres queremos a toda costa que nuestros hijos sean extrovertidos y sociables -dos cualidades muy valoradas actualmente- y vemos como un "defecto" que sean tímidos e introvertidos, sin respetar su naturaleza y darnos cuenta que la introversión no tiene por qué ser mala y que, entre otras cosas, favorece la sensibilidad, la observación, la reflexión, la comunicación de ideas, pensamientos y sentimientos mediante vías alternativas como la pintura o la escritura, y produce grandes obras e inventos -muchos personajes importantes de la historia eran introvertidos-.
En el artículo se menciona un libro que -por coincidencia- papá compró unos días después cuando estuvo por tierras inglesas. El libro se titula "Quiet: The power of introverts in a world that can´t stop talking" que en castellano sería algo así como "Silencio: El poder de la introversión en un mundo que no para de hablar" y la autora es Susan Cain -abogada y escritora interesada en la naturaleza humana-. No lo he leído aún -tengo que prepararme mentalmente para leer cerca de 300 páginas en inglés-, pero le he echado un vistazo y pinta bien. Explica cómo se diferencia la química del cerebro de los introvertidos y de los extrovertidos, y cómo la sociedad tiende a no valorar lo suficiente a los introvertidos. El libro da también herramientas para que los introvertidos aprendan a entenderse a sí mismos y sepan sacar el máximo provecho de sus fortalezas.
Tanto el artículo como el libro llamaron mi atención porque yo me considero una persona introvertida. De pocas palabras, reservada, me cuesta entrar en confianza, me siento más a gusto en una pequeña reunión familiar que en un gran evento, disfruto de mi soledad y prefiero escuchar y observar antes que hablar -quizás por eso me gustan tanto el yoga y la pintura-. Y la verdad es que siempre he considerado este rasgo de mi personalidad como un "defecto".
No saben cuánto he intentado ser más sociable, más habladora, poder hacer amigos con mayor facilidad e intervenir más en una clase de la universidad o en una reunión de trabajo. Pero me cuesta, y mucho. Mi familia y amigos más cercanos me conocen, saben cómo soy y me aceptan tal cual, pero han habido varias situaciones, sobretodo en la universidad o en el trabajo, en las que me he sentido reprochada por no hablar o participar más. De hecho, es una crítica que suele aparecer cuando recibo algún "feedback" a nivel profesional.
Creo que mi enano es aún pequeño como para saber qué tipo de personalidad tendrá -extrovertida o introvertida-. En ciertas situaciones lo veo sociable y muy simpático, mientras que en otras mantiene su distancia, se queda sentado tranquilo, observando en silencio. Confieso que muchas veces he pensado que me gustaría que no fuera como yo, sino lo que yo no he podido ser, porque siempre he creído que todo es más fácil para los extrovertidos. Ahora pienso que, tenga la personalidad que tenga, él tendrá mi amor incondicional, mi respeto y ayuda para que crezca seguro de sí mismo, para que tenga una buena autoestima y sea capaz de ser feliz y hacer felices a los que lo rodean. Ambos, extrovertidos e introvertidos, somos necesarios en este mundo.
Bueno,aqui hablamos de introvertidos e extrovertidos, pero yo soy timida, y a veces soy una y a veces soy otra, depende frente a quienes este. Es terrible ser timida, pero no me considero introvertida como principal rasgo. no.
ResponderEliminarHace dias no posteo nada. pero ando corriendo con el cumple de Rafa, despues cuelgo algunas fotos en elblog. besos a los dos. Y q vacaciones tan espectaculares tuvieron, divinas las fotos Mila.
Es cierto Luiza! No es lo mismo ser tímido que introvertido...puedes ser introvertido pero no tienes por qué ser tímido...la timidez va más relacionada con el miedo, y eso ya no es tan bueno.
EliminarEspero que vaya todo bien con el cumple de Rafa, ya nos contarás!
Besos
Que buen articulo y que buenísima entrada. Me ha dado mucho que pensar puesto que yo soy muy introvertida y lo eh considerado siempre mi mayor defecto, como tu, hasta hoy, he deseado todos los días que mi Nineta sea en eso completamente contraria a mi.. Lo del libro ¡una lastima! porque aunque tengo algunas nociones de ingles, todavía estoy muy lejos de leerme un libro de 300 paginas! jejeje
ResponderEliminarGracias guapa! Me alegra que te haya gustado. A ver si me animo a leer el libro completo pronto y así puedo compartir un poco más.
EliminarBesos!
Muy buena la entrada.comparto con tu permiso.un saludo
ResponderEliminarGracias guapa! Y gracias por compartirla :)
EliminarBesos!
En mi casa creo que es al revés, mi marido y yo somos muy tímidos, cuando vamos a comprar literalmente nos rifamos quien habla con el dependiente, y al que le toca lo pasa fatal. Y sin embargo el enanito hace amigos por donde va, creo que eso bueno, no me gustaría que lo pasara tan mal como nosotros para hablar con alguien. Pero bueno, si no lo es, lo respetaríamos. Grcias por dejar esos títulos, los buscaré.
ResponderEliminarGracias por el comentario! De hecho, como dice Sopa Azul en el siguiente comentario, la introversión y la timidez no son los mismo...la timidez te puede llevar al miedo y ahí sí que se pasa fatal. A veces una cosa lleva a la otra porque una persona introvertida puede ser criticada por serlo (sobretodo actualmente que se valora mucho el hablar y ser muy sociable) y eso puede desarrollar timidez...por eso cuando se tiene un niño introvertido lo importante es darle seguridad, que se sienta a gusto consigo mismo para que desarrolle una buena autoestima y deje de lado el miedo. Besos!
EliminarEstoy de acuerdo con Luiza, la introversión nace ya con la persona y es un rasgo del carácter. Sin embargo la timidez es otra cosa, se pasa mal y se sufre porque se tiende a ocultarla y es una lucha constante, pero si condiciona tu vida puedes buscar ayuda profesional. Desde luego con un niño introvertido no queda otra que aceptarle así y no tratar de cambiarle, sino ayudarle a entenderese mejor. Un beso. ;o)
ResponderEliminarGracias por el comentario! Y sí, como le comentaba a Luiza y a Lianxio, estoy de acuerdo contigo, la introversión y la timidez no son lo mismo, pero creo que una cosa puede llevar a la otra, sobretodo hoy en día que se valora mucho el hablar y ser muy sociable. Por eso, creo que cuando se tiene un niño introvertido lo importante es no intentar cambiarlo o criticarlo por como es, sino ayudarlo a que se sienta seguro de sí mismo, para que desarrolle una buena autoestima y deje de un lado la timidez y el miedo.
EliminarBesos!
Qué bonito todo! Cuanto respeto y amor! Y eso en materia de hijos es fundamental. Es normal no querer para los hijos aquello que nos hizo daño a nosotros, pero para eso podemos dotarles de los recursos necesarios para gestionar mejor esas emociones y no tener que renunciar a su propio yo.
ResponderEliminarY es que como comentabas recientemente, se trata también de educar en emociones, no? ;-)
Exacto! Tiene mucho que ver con el post del otro día...creo que es fundamental que nuestros hijos se sientan a gusto consigo mismos y no tengan conflictos internos, intentando ser algo que no son.
EliminarUn abrazo!
Me ha encantado tu post. Buenísimo y como siempre muy necesario. Hay que respetarles como son y no forzales a desarrollar una personalidad que no les corresponde...
ResponderEliminarHe venido también por aquí para decirte que tienes un premio esperándote en mi blog y puedes pasar a recogerlo cuando quieras. ¡Te esperamos!
Un abrazo muy fuerte guapa!
Gracias por el comentario! Y muchísimas gracias por el premio, ahora mismo me paso por tu blog a recogerlo :)
EliminarUn abrazo!
Cielo que post tan genial! Me quedo con la referencia del libro, yo de pequeña era muy introvertida y ahora aun sigo siéndolo aunque en menor grado, la verdad que leyendo como te describes tenemos bastante en común :). Gracias por tus consejos corazón no sabes cuánto me ayudan. Sólo espero estar a la altura de mi pequeña y de sus necesidades. Mil besos!
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