No me gustan las despedidas. Ni los tres o cuatro días que vienen después, cuando esa pena que me invade al decir adiós sigue aún a flor de piel. Luego, poco a poco, empieza a diluirse, a esconderse entre los quehaceres diarios y la rutina, aunque nunca llega a desaparecer por completo.
Han pasado dos meses desde que escribí el post ¡Ya llega la abuela! y ayer tuvimos que despedirnos nuevamente de ella. Han sido tres las veces que nos hemos despedido en el último año, y unas cuantas más en los últimos seis años, desde que me mudé a Barcelona. Pero aún no me he acostumbrado -no sé si algún día lo consiga- y me sigue entristeciendo igual. Quizás ahora que no sólo es madre sino también abuela un poco más. El último abrazo, el último beso, sin saber cuándo volveremos a vernos. Pienso en cómo se sentirá ella al tener que despedirse de su único nieto, después de haber estado durante dos meses las veinticuatro horas del día con él.
Durante estos días me va a costar mucho pasar por la habitación en la que estuvo y verla vacía. Regresar de la calle y no tener a quién saludar. No tener compañía adulta durante el día. No tener a nadie a quién pedirle que cuide al enano mientras voy a preparar la comida, al baño, a poner una lavadora o a hacer la compra al supermercado. Voy a extrañar nuestros cafés en la pastelería de la esquina por las tardes o esos helados que nos comíamos cuando queríamos darnos un capricho. Tendré que volver a mi rutina anterior y acostumbrarme nuevamente a hablar con ella a través del ordenador.
No me queda más que decir que me alegra mucho haber podido compartir este tiempo con ella, a pesar de algunas discusiones y malentendidos que hemos tenido -la convivencia nunca es fácil-. Que haya podido estar con su nieto, jugar con él, darle de comer, hacerlo dormir, y celebrar su primer cumpleaños. Espero que tenga una buena vuelta a casa y que nos volvamos a ver pronto.
No me queda más que decir que me alegra mucho haber podido compartir este tiempo con ella, a pesar de algunas discusiones y malentendidos que hemos tenido -la convivencia nunca es fácil-. Que haya podido estar con su nieto, jugar con él, darle de comer, hacerlo dormir, y celebrar su primer cumpleaños. Espero que tenga una buena vuelta a casa y que nos volvamos a ver pronto.
He tenido varias ocasiones de vivir experiencias parecidas aunque no con mis padres sino con mis suegros. Ellos viven muy lejos y los extrañamos mucho. Solo te puedo decir que si para tí ya es duro para tu madre lo está siendo mas, para un abuelo separarse de su nieto y perderse su día a día es muy penoso. Ánimo y disfruta de tu pequeñín ;)
ResponderEliminarBesos
Gracias Yaneth!
EliminarSí, la verdad es que me da muchísima pena que se pierda el día a día de su nieto, sobretodo a esta edad que crecen rapidísimo...Mis suegros están lejos también así que por ahora nada de abuelos, sólo por skype :(
Besos!
Ufff, acabas de traerme a la mente mis propia experiencia. Siendo de Canarias y viviendo en Valencia, las despedida son habituales en mi vida. Un horror!!!!
ResponderEliminarMira que en la universidad me fui a estudiar fuera, que luego me fui a vivir a Londres pero sabía que todo era momentáneo.Ahora llevo 7 años viviendo fuera de casa y lo sigo pasando fatal en las despedidas!!!
Y cierto, en unos días vuelves a tu rutina y la pena desaparece. Ah, a empezar a contar los días para la próxima visita!!!! Ya falta menos!!! Mucho ánimo!!!!
Besitos
Gracias Elva!
EliminarTe entiendo perfectamente, creo que uno nunca se acostumbra a las despedidas!!! Y eso que esta vez por tema de horarios no fuimos al aeropuerto porque las despedidas en el aeropuerto me parecen aún peores!!! Pero lo cierto es que con el paso de los días todos volvemos a la rutina y nos acostumbramos nuevamente a vivir lejos...
Esperamos que la próxima visita sea pronto!
Un fuerte abrazo
Ai q pena eso! Y sì, creo q para ella es aun peor! porque es ella quien se va, de "manos vacias"...pero algo q te puede ilusionar, es la esperanza, de la nueva visita. q serà aun mejor q la primera!
ResponderEliminarun fuerte abrazo.
Me olvidaba contestar: el bulto q tenia supustamente era una bolita de grasa, eso fue lo q salio en la placa q le hicieron, pero cuando llego el dia de la cirugia, el medico vio q era un HUESO! como un hueso? como nacio y crecio ese hueso? Lo enviaron a analizar a la capital, a ver exactamente q es. Todavia no tenemos el resultado...
ResponderEliminarHola Luiza!
EliminarUn hueso!!! Qué extraño...ya me contarás cómo termina la historia, espero que salga todo bien.
La verdad es que da mucha pena despedirse, pero bueno, como dices queda la esperanza de una nueva visita!
Un besote.
Hola Mila, soy Luiza..
ResponderEliminarpues sì, un hueso!(???)
te dejo mi nuevo blog,de maternidadxdieta,
en español, es màs mio, q sobrematernidad,
veremos como quedarà todo, je.
bss
Hola Luiza!
EliminarNo me has dejado el link del blog...
Besos