"Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreir" - Swami Sivananda
Una sonrisa de Mateo lo cura todo. Es el antídoto más efectivo contra el cansancio, las preocupaciones, las tensiones, el malhumor y el decaimiento. Él sonríe y nosotros sonreímos. Nos contagia su alegría de forma inmediata. Sonríe cuando algo o alguien le gusta, cuando descubre algo nuevo o en respuesta a una sonrisa. Sonríe muy a menudo.
Los adultos hemos perdido esa capacidad para sonreír que tienen los niños. Sonreímos poco cuando vamos por la calle. Cuando vamos en el metro o en el autobús, subimos al ascensor del trabajo, hacemos la compra en el supermercado o nos cruzamos con algún vecino solemos ir serios, enfrascados en nuestros pensamientos y sin interactuar con los demás.
Hoy salimos a comer fuera y Mateo se quedó mirando fijamente al grupo de la mesa de al lado. Ellos sonrieron y él respondió con una hermosa sonrisa. Todos sonreímos. Y luego reímos. Fue un momento muy agradable. Una sonrisa sólo genera emociones positivas tanto en quién la da como en quién la recibe. Con una sonrisa expresamos más que alegría, expresamos salud, bienestar y paz interior.
Si sonreír no cuesta y enriquece tanto, ¿por qué no lo hacemos más a menudo?
Q divinoo!
ResponderEliminarme encanta! Rafaella siempre esta sonriendo y saludando a la gente cuando salimos a hacer los mandados...me sorprende...pq le saluda a vecinos con los q nunca me hablo, y ni siquiera buen dia nos decimos,jajaja.
La llegada de estos pequeños seres hermosos, nos cambian la vida.
Y el valor de una sonrisa...
besos
jajaja a mí me pasa lo mismo!
ResponderEliminarun abrazo!