Sira abrió los ojos y observó que el verde y frondoso árbol bajo el
que se había acostado seguía ahí. Se sentía mucho mejor. Ese terrible
dolor de cabeza había remitido y su cuerpo estaba nuevamente lleno de energía.
Decidió que era hora de volver a
casa. Si caminaba de prisa llegaría antes de la cena. Mis padres estarán
preocupados, pensó. Había tenido la idea
de salir a dar un paseo después de comer para despejarse, pero el cansancio y el malestar la obligaron a
acostarse un momento bajo el árbol, cayendo en un profundo sueño.
Empezaba a caer la noche y en el
cielo despejado se divisaba la primera estrella.
“Cuando veas la primera estrella de la noche no olvides pedir un deseo”, le decía su padre con frecuencia. Así lo hizo, como cada noche.
¿Y tú, qué deseo pedirías?
mi deseo ?? Paz, solo eso, con todo lo que implica
ResponderEliminarQue bonito relato!! y que bien se tiene que dormir bajo un árbol un buen día de primavera :). Yo pido un deseo, 5.000.000 de puestos de trabajo entre los que estaría el mio :) un besote y Feliz Navidad
ResponderEliminarHabía olvidado esa frase, a mí también me decían eso de pequeña. Me ha encantado recordarlo, y más con este relato tan dulce. Hacías falta en los retos #150palabras, aire fresco y muy dulce y familiar. Besos enormes, y ¿un deseo? ser felices
ResponderEliminarMi deseo... Trabajo y amor!! Bsts!!
ResponderEliminarMi deseo... ser feliz y que la gente que me rodea también lo sea.
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