Mostrando entradas con la etiqueta fiebre. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fiebre. Mostrar todas las entradas

domingo, 2 de diciembre de 2012

De guardería a cuidadora en casa

A los tres días de volver a la guardería después de quedarse una semana en casa, Mateo volvió a enfermarse. El viernes de la semana pasada empezó con vómitos, luego diarrea, y de ahí vinieron nuestros amigos los mocos y la tos. Esto nos llevó a tomar la tan postergada decisión: a partir del lunes se quedará en casa con una cuidadora por tiempo indefinido.

El primer mes de guardería fue relativamente bien, pero a inicios de octubre -después de varios días con mocos y tos- cogió una bronquitis. A partir de ese momento ha ido enganchando un virus tras otro. Al recuperarse de la bronquitis cogió un fuerte resfriado, luego un virus al estómago con muuuchos vómitos, otra resfriado, otra bronquitis y finalmente lo del fin de semana pasado, de lo cual aún no se ha recuperado del todo.

No ha sido fácil tomar esta decisión. Por un lado estábamos contentos con la guardería, y nos parecía que Mateo también lo estaba -de hecho, me da un poco de pena que se pierda las actividades y el día a día con sus compañeritos-, y por otro lado, siempre he tenido ciertos reparos en dejarlo solo durante ocho horas con una persona que no sea de la familia. Pero esta situación no nos permitía vivir tranquilos, y creemos que la decisión que hemos tomado es lo mejor para él, y por lo tanto, para todos. 

Pienso que no es bueno ni justo para él tener que soportar un virus tras otro, y por consecuencia, medicamento tras medicamento. Sé que con este cambio no vamos a evitar que se enferme, y soy consciente de que ésta es la única manera que tienen los niños de ir creando defensas, pero sinceramente espero que la frecuencia de las enfermedades disminuya y que las defensas las vaya creando poco a poco, y no de golpe como ha pasado en estos últimos 2 meses.

En paralelo, el pediatra le ha mandado a hacer análisis para ver si no necesita algún tipo de refuerzo, porque cuando le comenté a la profesora que dejaba la guardería me dijo: "Es que lo está pasando muy mal, es el que más se ha enfermado de todos. Quizás tiene las defensas bajas".    

Por otro lado, estoy segura que papá y yo vamos a estar más tranquilos. No sólo al verlo mejor de salud, sino que de este modo no tendremos que rompernos la cabeza día tras día pensando cómo nos organizamos  para que Mateo pueda quedarse en casa. Como comenté anteriormente, mis suegros estuvieron un tiempo de visita, y ellos nos ayudaron cuando el enano se puso enfermo, pero ahora que se han ido y estamos nuevamente solos los 3, nos está resultando bastante complicado organizarnos. 

Estos últimos días papá y yo nos hemos cogido días de vacaciones para quedarnos con él, pero esto es algo que podemos hacer puntualmente y no de forma continua. Así que a partir del lunes Mateo se quedará con una cuidadora. Afortunadamente, es una chica que conocemos bastante bien, tiene experiencia cuidando niños pequeños y es muy cariñosa con mi enano. ¿Durante cuánto tiempo se quedará en casa? No lo sé. Prefiero esperar que pasen los meses de más frío y darle la oportunidad a su cuerpo de que se recupere.  

Ya iré contando cómo nos va con este cambio.

¡Feliz domingo!

sábado, 7 de julio de 2012

Sólo un susto

Quiero compartir con ustedes lo que hemos vivido estos últimos tres días. Intentaré ser concisa -para no aburrir a nadie- pero no quiero omitir nada porque ya saben que en esto de la medicina cualquier detalle, por pequeño que sea, es importante.


El miércoles por la mañana a mi enano le pusieron la vacuna triple vírica y la de la varicela. Por la tarde estaba  bastante mimoso, sólo quería brazos y no tenía ganas de jugar. Yo pensé que quizás se sentía un poco fastidiado por la vacuna y decidí salir a dar un paseo para desperjarnos. Fuimos al parque y a un par de tiendas, todo transcurrió de forma normal. 

Por la madrugada empezó a quejarse, y al cogerlo noté que estaba caliente. Le puse el termómetro y tenía 38º. Le di apiretal y lo traje a nuestra cama. Normalmente él duerme en su cuna en la habitación de al lado, que está comunicada a través de una puerta con la nuestra. En ese momento pensé que la fiebre era consecuencia de las vacunas, aunque después me han dicho que esas vacunas dan fiebre 7 a 10 días después.

En nuestra cama estaba súper inquieto, se movía sin parar. En una de esas se sentó y se tiró hacia atrás, golpeándose fuertemente la cabeza contra la mesa de noche -no es la primera vez que se tira de esta forma, en una ocasión se dio un golpe tremendo con mi nariz, yo sangraba y él se pegó el susto de su vida-. El golpe sonó fuerte y el enano lloró bastante. Como estaba oscuro no sabíamos exactamente dónde se había dado, pero no tenía ninguna marca y después del llanto se quedó tranquilo, así que ahí lo dejamos. 

La mañana del jueves seguía inquieto, lloriqueaba y nuevamente sólo quería brazos. Le tomé la temperatura y tenía 38,5º así que decidí darle apiretal otra vez. Al tomar el apiretal le dieron unas náuseas tremendas y empezó a vomitar bastante. Me daba la sensación como que se ahogaba, lloraba y estaba como ido, como si se fuera a desmayar. La verdad es que me asusté mucho en ese momento y decidí ir a urgencias. 

En urgencias conté exactamente todo lo que acabo de escribir, y la pediatra nos dijo -papá dejó el trabajo y vino volando- que probablemente era un virus pero que como se había dado un golpe en la cabeza hacía no muchas horas lo correcto era ingresarlo en el hospital, hacerle algunos análisis y tenerlo 24 horas en observación. 

Después vino lo peor, le colocaron una sonda con suero en el brazo, le sacaron sangre, le tomaron una muestra de orina y una radiografía de la cabeza. Ya se imaginarán cómo lloraba durante todo este proceso. A mí se me partía el alma. Verlo tumbado en la camilla, desnudito y con una sonda en el brazo era demasiado; aunque estaba segura de que todo iba a ir bien no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas. 

Los tres pasamos la noche en el hospital y, salvo por la fiebre, el enano estuvo bien. La mañana del viernes nos dieron el alta. La pediatra nos dijo que el enano estaba bien, que los resultados de los análisis estaban bien y que al parecer era sólo un virus. Así que nos fuimos a casa. Por la tarde estuvo más o menos, aún con un poco de fiebre. Hoy ha amanecido muchísimo mejor, sin fiebre y con ganas de jugar. No quiero cantar victoria pero espero que todo siga así.

Han sido unos días intensos. No quisiera volver a tener que pasar por algo así. Por momentos pienso que quizás exageré un poco al llevarlo a urgencias tan rápidamente, quizás debí haber observado primero cómo seguía y así podía haberle evitado todo ese sufrimiento, pero lo cierto es que en ese momento me puse muy nerviosa y no podía razonar. Por otro lado, cuánta falta hace la familia en estas situaciones. Una abuela o un abuelo que te pueda aconsejar o echar una mano. En fin, lo importante es que no pasó de un susto. 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...