Hace unas semanas fuimos a Ikea a comprar juguetes para el enano. Mientras mirábamos y escogíamos, Mateo encontró este gran perro de peluche -mide 70 cm-, lo cogió y empezó a ir de un lado a otro con él de lo más contento, lo cual no es de extrañar conociendo lo mucho que le gustan los perros. Al verlo decidimos dejar algunos de los juguetes que habíamos elegido y llevarnos el perro de peluche.
Le pusimos de nombre "Tobi" en honor a un perro que conocimos en nuestra mini-escapada navideña y que simpatizó mucho con Mateo. Tobi es ahora un miembro más de la familia. Por las mañanas Mateo suele ir a buscarlo, lo abraza, lo acaricia como le ha enseñado papá y lo trae a nuestra cama para que le demos los buenos días.
Durante el día lo coge varias veces y lo lleva por toda la casa, lo abraza y le hace cariño, y a veces por las noches lo trae a la cama y quiere acostarse con él (ocupa la mitad de la cuna!). En un par de ocasiones se ha dormido con él y después yo lo he sacado para que pueda moverse con más libertad ;) Le encanta que papá y yo hagamos como que Tobi nos lame la cara, o nos "ataca" a modo de juego. Le gusta que se lo hagamos a él también.
Creo que a Mateo le haría mucho bien tener un Tobi de carne y hueso. Ojalá algún día esto se haga realidad.
¿Cuál es el peluche favorito de tus hijos?