Me pregunto si sabes lo que sucede y sobretodo, cómo te sientes. Intento explicarte cada día que nos vamos a vivir a otro país, donde tendremos una casa distinta, iremos a otro parque y harás nuevos amigos. Estaremos junto a los abuelos y tíos, que ahora te hablan a través del ordenador.
Intuyo que entiendes que pronto las cosas cambiarán. Hay mucho movimiento en casa, la mayor parte de tus juguetes no están, nos despedimos de la gente de forma distinta a la habitual, y papá y yo estamos algo nerviosos. A veces lloro. No me da miedo el cambio, no hijo, nunca me han dado miedo los cambios. Los cambios son lo único constante en la vida y es bueno que lo sepas. Como siempre digo, la vida son etapas, se cierra una pero se abre una nueva, distinta a la anterior. Nos esperan nuevas experiencias y nuevos aprendizajes. Sé que todo va a salir muy bien, pero no puedo evitarlo, me emociono. Son muchas las cosas que siento.
Me tranquiliza verte sonreír y jugar como siempre, me da fuerzas y energía. Comes bien, duermes tranquilo, hablas mucho y no estás quieto ni un segundo. Me enseñas cada día que la vida es hoy, y que hay que disfrutar cada instante. Eres feliz y nos haces inmensamente felices. Estoy segura, mi vida, que esto seguirá igual vayamos a donde vayamos.